Los medicamentos para el tratamiento de riesgo de infarto de miocardio, epilepsia, y presión sanguínea provocan, a menor escala, alguna ganancia de peso.
Además, la presión alta aumenta considerablemente el riesgo de infarto de miocardio y multiplica hasta tres veces la posibilidad de tener un angina de pecho.
La detección de potenciales tardíos mediante la electrocardiografía con promediado de señales es un predictor independiente de muerte súbita aceptado en pacientes con infarto de miocardio.