Le asisten como fámulas o sirvientas dos o tres mujeres que le suplen en los trabajos de trabajar: servir vinajeras, encender las velas, leer comentarios, dirigir cantares, leer los avisos.
Todos los juglares de los siglos posteriores a su muerte contarían en forma de cantares de gesta su vida y sus hazanas, así como también inventarían su leyenda.