Desgraciadamente quedaron poquísimos restos humanos, dado que los guaqueros, es decir, los campesinos que buscaban oro, los destruyeron durante los siglos precedentes sin comprender su importancia arqueológica.
Por lo mismo, quedan más aislados y como monumentalizados en nuestra experiencia los poquísimos seres que hemos conocido capaces de un esfuerzo espontáneo y lujoso.