Iniciamos la escalada el 20 de febrero por unos espolones de roca gigantescos, con terreno de cascajos sueltos de piedra, muy verticales y desagradables.
Podríamos hablar de arte menor descentrado: versos de cuatro, de cinco sílabas, algún octosílabo, brotes sueltos que no llegan a formar la estrofa estipulada.
Y, por otra parte y aunque suene contradictorio, sí llevo unos días (bastantes) con una extraña sensación desasosegante... recordando retazos sueltos de muchas cosas.