Yo te agradezco que hayas venido, los televidentes tienen que haberse quedado como yo, que he estado como apantallado, con tu presencia, con tu impronta, con tu fuerza.
Allí tenía mi emparrado, como solía llamarlo, que conservaba siempre en buen estado; es decir, manteníal seto que lo circundaba perfectamente podado, dejando siempre la escalera por dentro.