Con inválidos sacerdotes, que predican una doctrina herética, consiguieron confundir por un tiempo a muchos, pero esa confusión apenas si puede ser mantenida.
Tras años de lucha y represión los jornaleros consiguieron en 1991 la expropiación de 1.200 hectáreas transformadas en regadío que pertenecen ahora al pueblo.
Este año, por suerte, consiguieron sacar unas equipaciones mucho más decentes, aunque la calidad de sus prendas, sobretodo en los complementos, siguen estando entredicho.