El sesgo de confirmación contribuye al exceso de confianza en las creencias personales y puede mantener o reforzar estas creencias ante evidencias contrarias.
La contemplación, la meditación sobre sí mismo le son extrañas; donde posee el coraje de ser listo, únicamente empele su listeza para destruir las formas contrarias.
Estas prácticas tan inveteradas como reñidas con la sana política son contrarias a la participación que se quiere promover como parte esencial de la democratización.
Imagínese que los sistemas de comunicación cultivaran las disposiciones contrarias o que simplemente reforzarán las acciones y la toma de decisiones sin crítica e impulsivamente.