La respuesta es simple: los recursos que sobreexplotan son utilizados para pagar la deuda externa y para satisfacer el ánimo consumista de los países ricos.
La consecuencia más impactante de ese bloqueo ha sido la suspensión de los créditos, así como las tratativas tendientes a refinanciar la deuda externa.
En los años ochenta, ti peso de la deuda externa sobre los países más pobres fue uno de los dogales mayores que limitó severamente a nuestras sociedades para el crecimiento.