El cuadro clínico se inicia tras un periodo prodrómico de 1 a 7 días de duración caracterizado por fiebre, malestar general, molestias oculares y faríngeas.
Las reacciones físicas hacia el dolor pueden incluir cambios en el apetito, falta de sueño, irritabilidad, suspiros, llanto, molestias estomacales y dolor en el corazón.