Maleantes, cadeneros, macheteros, drogadictos y resentidos sociales se integran a estas marchas, para exigir, reclamar o simplemente fomentar desórdenes públicos, sin importar las consecuencias.
En este contexto, las modificaciones humanas no interrumpen situaciones de equilibrio sino que se integran alterando el régimen de perturbación ecosistémica.