Creo que el universo femenino tiene mucho de ciertos modelos culturales, fantasías, drama, todo conectado por intrincados razonamientos y teñido de arquetipos.
De ahí, también, el deslumbramiento fascinado que producen los encartes publicitarios donde las y los jóvenes modelos ostentan su cabellera rubia, su piel blanca, su alto tamaño.
En algunas ocasiones los padres se alejan tanto de sus hijos, que los hijos realmente ya no los identifican como modelos, ya no pueden espejearse en ellos.
Algunos modelos cuentan con baterías compensadoras que aseguran un cierto número de aperturas y cierres en la eventualidad de que falte la alimentación eléctrica.