Lejos de suponer esto una defensa de inmovilismo o conservadurismo alguno, mienta más bien la estructura más íntima e inevitable presente en todo cambio socio-político.
Es una manera espontánea, libre, desinhibida e íntima de hacer el amor que permite alcanzar cotas inimaginables de placer, aunque nunca de forma rápida.
Éste, a su vez, tiene un componente reversible con vasodilatadores y otro fijo, cuyo sustrato es la vasculopatía congestiva (esencialmente hipertrofia de media y fibrosis de la íntima arterial pulmonar).