Desnudaron su estrategia por completo, como casi siempre, con brutalidad, sin desparpajos y con la pretendida impunidad que lleva su sello inconfundible.
Cuántas concepciones del monstruo: reflexiones estudiadamente académicas, chistes en torno de la deformidad, operaciones de difamación, alegatos nihilistas o exhibidos en su pretendida iluminación.
La utilización esquiva de documentos hace pasar de la relación paternalista ancestral a una ficción de medicina contractual disfrazada con una pretendida corresponsabilidad forzada.