Sin embargo, muchas expresiones que antiguamente se consideraban vulgarismos hoy se aceptan y son de uso común (por ejemplo, adecúo en lugar de adecuo).
Su lenguaje es de una belleza y elegancia insuperable, con una constante preocupación por usar siempre términos y expresiones de la más pura latinidad.
En la universidad le habían enseñado a clasificar y cuadricular las diferentes expresiones del sentir religioso y los tipos de terapias que practicaban los diferentes hombres-medicina.