La tarde espléndida empleada en un paseo para oxigenar los pulmones se ha convertido en el inicio de una gripe insidiosa por culpa de un vientecillo engañoso.
Después éste lo llevó a su casa, y luego de acomodarlo en la mejor habitación le ofreció una espléndida comida generosamente rociada con sápidos chíngueres locales.