Su corona es de espinas punzantes, su manto purpúreo es la clámide de un mercenario; su cetro es una caña seca, cortada en uno de vuestros áridos barrancos.
Aquí podrás poner en práctica el verbo tapear, que consiste en ir de bar en bar, acompañando una caña o una copa de vino con una pequeña delicia gastronómica.