Es que el sambayón (o sabayón) se chorreaba por las comisuras y había que andar atajando chorreadas que caían justo sobre la bragueta dejando marcas muy difíciles de explicar.
Entré por mi izquierda, y vi una pintura que había tenido muchísimos estados, que había sido pintada, retocada, chorreada, raspada y otras acciones más.