El sonambulismo y los terrores nocturnos están muy relacionados entre sí y algunos autores los consideran variantes de un mismo proceso patofisiológico.
Para algunos autores esta evolución hacia un nuevo lenguaje cubista, menos intelectual, se hizo para superar las dificultades de lectura de la etapa anterior.
Acorde a su convicción, los autores expresan un profundo escepticismo frente a cualquier aspiración de establecer una teoría general ahistórica de las ciencias sociales.