Quinto, su vitalismo de autognosis preconiza disolvernos en conexión con el cotidiano vivir, sin embargo no precisa cuáles son las estructuras de la cotidianidad auténticas e inauténticas.
Y la penúltima forma de esa censura ha recaído sobre una forma musical que ha generado auténticas razias por parte del conservadurismo cultural: el reggaeton.