Cuando su hijo tiene fiebre, el cuerpo funciona de la misma forma para controlar la temperatura, pero reestablece su termostato a una temperatura más alta.
Y por fin hijo mío: que no turbe tu sueño la conciencia intranquila; que no mengue tu dicha el despecho abrasivo, ni tu audacia flaquee ante la adversidad.
Hoy en día, orgullosos del crecimiento sostenido y el esfuerzo realizado en forma conjunta, destacan como ventaja el intercambio generacional entre padre e hijo.