Hay zonas en las que centellea: brillantes escamas recaman su superficie aquí y allá, como si las sirenas hubiesen acordado mostrar sus relucientes traseros a la humanidad.
El jet que nos llevó era lujoso, entapetado de cabo a rabo, sillas muelles, dos bellas azafatas rubias vestidas de uniformes relucientes nos dieron la bienvenida.