Al principio ecxita los centros nerviosos y da una carga euforizante, pero luego deprime y lleva al estado de necesidad por la intoxicación consiguiente.
Esos lentes, probablemente por casualidad, disimulan, velan con sublime delicadeza, unos ojos que se mueven sin cesar, al borde de la hiperestesia, nerviosos, inquisidores, obsesivos, severos.