En esta situación, ni los gobiernos conservadores ni la oposición verdirroja (las fuerzas izquierdistas y ecologistas) encuentran ninguna manera de resolver la crisis.
Inclusive al rechazar la facticia, ambigua, confusa, difusa e irreal clasificación de los hombres y las ideas que, con parcialidad absolutista pretende encasillarles en derechistas e izquierdistas.
Demuestran que de izquierdistas no tienen absolutamente nada, sino que por el contrario, parecieran ser más ultraortodoxos y derechistas que ciertos sectores opositores.