El nivel de violencia involucrado y la indiferencia demostrada ante los derechos humanos de las personas desplazadas durante las evicciones son escandalosos.
Todos ésos: los motorizados, los del bakalao, los drogadictos, son los escandalosos, los que figuran a diario en la crónica de sucesos, pero de todos modos son una minoría.