Un país como el nuestro, carente de recursos energéticos que ofrezcan riqueza, tiene que tener una política de incentivación prioritaria sobre estos tres temas.
Lamentablemente algunos maridos se esmeran en su función como proveedores del hogar, pero olvidan su función prioritaria como cabezas espirituales de su hogar.
Sin embargo, su imbricación es prioritaria y debe planearse desde las raíces de la necesidad de encontrar lenguajes y medios comprensibles y significativos.