Tengo claro que es el jugador con más futuro que conozco pero también es palpable su mala cabeza, sus actitudes de prima donna y su nula predisposición a aprender.
Entre ellas se destacaba con toda claridad un chillido agudo, áspero, estridente, algo así como el alarido de una prima donna acatarrada, amplificado por un magnavoz de los malos.