Ciudades pequeñas o entornos semirrurales, con acceso a agua y comida, con equipamientos básicos adecuados (salud o talleres disponibles) siempre serán sitios más amables para vivir una contingencia.
Un hospital de unas 200 camas tiene unos costes (construcción y equipamiento básico) de unos 100 millones de euros, pero acabaremos pagando por él unos 700 millones de euros.