El equipo de profesionales realiza chequeos médicos que incluyen antropometrías, tests de fuerza y flexibilidad; luego, de acuerdo a lo que indiquen las mediciones, se formulan los planes de entrenamiento.
La presentación más frecuente es elevación de la transaminasa a hígado graso, detectable mediante sonografía, en chequeos de rutina, o por otros motivos.