Cabe preguntarse como este abogaducho disfrazado de comandante y de revolucionario puede afirmarlo de forma tan contundente, categórica, terminante y definitiva...
Con esta categórica afirmación nos curamos de espantos para hacer algunas reflexiones críticas sobre el particular, más por heurística que ánimo conclusivo.
En esta tríada podemos rastrear la sustancia de su poética, distanciada de manera categórica tanto de las ampulosidades del discurso retórico como de los riesgos del intimista.