Antes de acabar la guardia, me comentaron el caso de una amiga de la infancia, llena de vida, motera, desafiante, empresaria, vitalista y alocada: todo lo que siempre soñó ser.
El trabajo tiene que estar cronometrado: mi risa bonachona o alocada no puede estallar demasiado pronto ni tampoco demasiado tarde, sino en el momento oportuno.