Él se puso a caminar primeramente de un lado para otro a grandes pasos, teniendo el volumen abierto entre sus dedos, haciendo girar sus ojos, sofocado, tumefacto, apoplético.
Pero aplacemos para más adelante el aspecto de las correlaciones históricas y consideremos, primeramente, tanto el mito como el aspecto sicoanalítico que sirven de base a este relato.