Decidí organizar mi primer beer crawl, con un fin educativo, para atraer el interés de chicas que recién están comenzando a apreciar las cervezas artesanales.
No había que mirar el termómetro para saber que el vaporizo que emanaba sólo servía para propiciar el consumo de cervezas frías y conversaciones animadas.
Allí estaban unos cuantos de esta especie con sus minis y cervezas, sus inseparables monóculos pegados a la frente y su vestimenta parecida a la del neng.