Pocetas, interruptores, datáfonos y extintores empotrados en las paredes, donde también hay carteleras con instrucciones de lavado de pieza, rutas de evacuación y mejor empleado del mes.
El cinéfilo cumple con un ritual: mirar las carteleras, para degustar los afiches o carteles, que indician algo del filme, y dejan la inquietud por verlo.