Como podemos inferir, el litisconsorcio necesario (sea activo o pasivo) se relaciona directamente con la legitimidad para obrar (también activa o pasiva).
Los protagonistas son los docentes, y son ellos los encargados de hacer de los estudiantes no solo consumidores pasivos, sino productores de tecnologías.
Todas las tradiciones reconocen dos principios fundamentales: lo masculino (seco, cálido, activo, sulfúrico) y lo femenino (húmedo, frío, pasivo, mercurial).