La historia engancha, pero me parece simplona y previsible, con errores históricos garrafales, como una película en la que sabremos lo que viene a continuación.
Todas estas fallas garrafales tuvieron que resultar, por supuesto, inaceptables para una publicación que blasonaba de independiente, imparcial y objetiva.
También algunas otras corrientes pequeñas dentro del movimiento trotskista coinciden con esta crítica, lo que, por supuesto no las exime de otros errores garrafales.