Un funcionario europeo, veterano y a veces escandalizado por su propio sueldo de 12.000 euros mensuales, suspiraba hace unos días, y luego se extrañan de que ganen los euroescépticos.
Lo imprevisto en los movimientos, la falta de dominio sobre sí mismo, habría escandalizado a la mariscala casi tanto como la ausencia de majestad frente a los inferiores.
La ultima: el perro ladrador a destiempo de la familia más disfuncional se ha paseado por los tejados de todos los adosados con gran estrépito de tejas y público escandalizado.