Entre todas las concesiones subsistentes (alumbrado público, amoblamiento urbano y aseo), la de amoblamiento urbano se lleva, de lejos, la calificación de ser la más lesiva para la ciudad.
Las únicas concesiones a la modernidad las encontraremos en el discreto alerón, los splitters delantero, las taloneras deportivas y un espectacular difusor trasero.
Entendemos que esto no sólo se trata de los conciertos, sino que el concepto contratación con una institución privada también podría incluir a las concesiones.