Los substitutos óseos deben ser bio-activos, bio-compatibles, bio-degradables o bio-absorbidos, además de favorecer el crecimiento óseo por conducción y si es posible por inducción.
Cualquier smartphone o tablet existente deben ser compatibles, siempre que ya contiene los magnetómetros y la electrónica asociada que la mayoría de estos dispositivos utilizan como una brújula.