Al finalizar el concierto se veían las caras de impresión entre los asistentes, algo a medio camino entre la carcajada, el agradecimiento, la extrañeza.
La vivienda pública fue la visión de planificadores urbanistas y asistentes sociales que intentaron crear mejores condiciones de vida para los neoyorquinos de bajos ingresos.
Distinguido por el dueño de la casa, los demás asistentes, que eran las primeras notabilidades de la provincia, le trataban con afecto, y se acostumbraban a estimarle.