Son sentencias imperecederas que han quedado grabadas en las mentes de muchos y cuyos orígenes se pierden en un cúmulo de sombras de carácter legendario.
Yo te agradezco que hayas venido, los televidentes tienen que haberse quedado como yo, que he estado como apantallado, con tu presencia, con tu impronta, con tu fuerza.
Espacios que otrora fueron centro de una actividad intensa, lugar de una productividad exitosa, escenario de trabajo colectivo, han quedado como depósitos de detritus.