La incerteza sobre el posible cumplimiento o no de deseos o temores, la impaciencia, las dudas, las desconfianzas, la indecisión, se viven a veces como obsesionantes e insufribles.
Con respecto al trabajo corporal trabajo con ideas obsesionantes de su rol o personaje y a partir de allí el actor arma una gráfica o coreografía de acciones.
Unas imágenes fragmentadas, temblorosas y pautadas por una música obsesionante que descompone la geografía de la ciudad en planos irreales y movimientos nerviosos.
Tiene una capacidad obsesionante tal, que la solución del problema sólo se logra cuando el hombre consigue entregar su pensamiento a tareas que le ilusionen.