Tras la gran mortandad, se celebró una reunión con los trabajadores, cuyo punto central fue el vano intento de imponer el silencio mediante la coacción.
Aun una mortandad del 99,99 % dejaría 610.000 supervivientes naturalmente inmunes que luego procrearían, y en menos de 50.000 años estaríamos exactamente donde empezamos.