De aquella primitiva concepción - - que podríamos llamar prehipocrática - - de la enfermedad divina, en un intento de desmitificación, se pasó luego por el concepto hipocrático.
Empavorecido, ante la voluntad divina tan extraordinariamente revelada, el tallador se retiró dejando su obra a la comunidad que hasta ahora la conserva.
Invoca entes inmateriales o sobrenaturales inaccesibles al examen empírico, tales como fuerza vital, alma, superego, creación divina, destino, memoria colectiva y necesidad histórica.