Otra barrera a unas elecciones democráticas y competitivas es el gran capital, principalmente comercial en origen, que empapa de cobardía y sinecuras a la mayoría de los políticos.
La burguesía imperialista atrae y premia a los representantes y partidarios de los partidos obreros burgueses con lucrativas sinecuras en el gobierno...
Si se aboliera la tributación, las sinecuras de los funcionarios se desvanecerían y esto constituye en el total un privilegio que recae más duramente sobre la producción.