Se desafiaban las estrictas indicaciones ideológicas que el confesor/proxeneta/productor/patriarca se había encargado de inyectarnos en su discurso simbólico.
No se trata de las usuales víctimas de trata, enamoradas o atraídas con joyería de fantasía por hábiles proxenetas que se aprovechan de su vulnerabilidad.