No hay razón para que se rescinda la compraventa cuando es leonina y se consideren inatacables los otros contratos, aunque en ellos intervenga la misma inicua explotación.
Si se pusiese algún trozo de carne y una ensalada de verduras delante de un león hambriento, escogería la carne sin duda, pues su naturaleza leonina determinaría la selección.