Pudiera ser que algunos ilustres políticos y analistas no perciban esta decadencia, inmersos como están en el oropel de la adulación, entre jactancias, sinecuras y ambigüedades.
Desparejados, fluctuamos inmersos en la inercia de la necesidad; esa inercia que nos imprime la distancia; esa necesidad que ha sido engendrada por el alejamiento.