Por esas fechas el negocio familiar florecía gracias a la venta de refacciones para maquinaria de una gran empresa cigarrera, pero no estábamos orgullosos pues mis padres no son fumadores.
Además para los fumadores de mentolados, particularmente los afroamericanos, fue más difícil dejar de fumar que para aquellos que fuman cigarrillos normales.