Pero siempre hay gente en la buena, en realidad acá hay gente que no tiene la plata para empañetar sus propias paredes, y agradecen que llegue alguien que las pinte.
La ilusión fue la diseñadora de los croquis deslumbrantes, hechos con vigas de amarre sobre un espacio empañetados por la inocencia de unas manos de algas.