Ejercer voto y quedar satisfecho, y lo que diga jefe chitón, que trabajo es ya suerte no me vaya a quedar en calle luego cómo pago hipoteca acabaré en cárcel.
Los personajes de esta novela hablan con lenguajes arcaicos, frecuentemente cursis y rebuscados, como era propio de la posguerra escénica: chitón, periquete, atiza, diantre, etcétera.